El modelo económico de “circulación dual” prioritaria la “circulación interna” para promover la demanda domestica, que sera suplementada por la “circulación externa”.

La semana pasada en la reunión del Politburó, los principales líderes de China definieron la estrategia económica que el país seguirá durante el segundo semestre del año y en los años sucesivos. Durante esta cumbre, se hizo un llamado a implementar medidas para impulsar la demanda domestica y asegurar que el país alcance un desarrollo de alta calidad en medio del complicado ambiente a nivel global.

Por otra parte, se hizo énfasis en la propuesta del modelo económico llamado “circulación dual”. Este modelo de crecimiento priorizará la “circulación interna” para promover la demanda domestica, que será suplementada por la “circulación externa”. De acuerdo a las autoridades chinas, esto significa que el crecimiento del país dependerá del desarrollo económico tanto nacional como internacional, en donde el ciclo interno será el pilar principal.

En esta nueva visión, las autoridades chinas han dejado en claro que China dependerá más del consumo interno y de las tecnologías locales, con el objetivo de promover un crecimiento sostenible a mediano plazo, y diluir el impacto en la economía que han tenido el COVID-19 y conflicto comercial con los Estados Unidos.

Sin embargo, desde nuestra perspectiva China enfrenta varios obstáculos que le permitan alcanzar un mercado interno sostenible y reducir su dependencia de las exportaciones y la inversión gubernamental. 

En primer lugar, China es una economía emergente con una marcada desigualdad. Más de 1.1 mil millones de personas no son consideradas clase media, esto es, viven con menos de 2,000 yuanes al mes, lo que limita su consumo a productos esenciales. Además, el COVID-19 ha dejado a un gran número de desempleados y hogares endeudados, mismos que tomarán varios meses en recuperarse. En este sentido, la recuperación del ritmo de crecimiento del consumo será lenta, y es probable que empiece a notarse hasta el año 2021.

Por otra parte, en el caso de la industria exportadora, la mayoría de las fábricas chinas depende de la demanda extranjera para sobrevivir. Por lo que una transición hacia el mercado interno requiere de reducir las importaciones para poder impulsar el consumo de productos nacionales, o de lo contrario, se intensificaría la competencia, se reducirían los precios, y se empujaría a la quiebra a empresas con menor capacidad. 

Recientemente el país ha anunciado planes de inversión gubernamental en infraestructura tecnológica, como medida para incentivar el empleo y el desarrollo tecnológico del país. Sin embargo, este tipo de intervenciones desincentivan la participación de la iniciativa privada en los sectores tecnología e infraestructura, y mantienen el modelo de “inversión en infraestructura” muy empleado en la economía china para incentivar el consumo interno.

Analistas esperan que esta estrategia sea la prioridad del gobierno para el 14 Plan Quinquenal (2012-2021), documento que se discutirá durante el conclave del Partido Comunista en octubre de este año. Sin embargo, aun queda por conocer qué políticas económicas a nivel nacional se impulsarán en el Plan, y de qué forma China redefinirá la iniciativa Franja y Ruta (OBOR) y las negociaciones actuales con sus diversos socios comerciales para lograr el objetivo de impulsar el modelo de “circulación dual”.

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